La primera mitad del siglo XIX estuvo marcada por un intenso enfrentamiento entre liberales y conservadores.
Dirigida por los hermanos Justo y Domingo Arteaga Alemparte, la revista La semana se desarrolló bajo este modelo, buscando continuar la labor de publicaciones culturales anteriores, pero dando mayor importancia a la reflexión sobre la propia labor periodística y criticando a la prensa de trincheras, por parecerles excesivamente parcial.
Son principalmente cuatro los tipos de contenidos que se publicaron en La semana: creación literaria, crítica literaria, análisis sociopolítico y, por último, crónicas de actualidad e interés general.
Su alcance temático, así como la profundidad con la que problematizó el oficio, convirtieron a La semana en un medio pionero en el desarrollo del lenguaje periodístico de la época contemporánea.
Consciente del tono y de los temas que el público esperaba encontrar en este tipo de secciones, el autor se empecinó en desafiar el formato convencional, optando en cambio por un estilo que oscilaba entre la seriedad, la banalidad y la ironía.