Escrita en otoño de 1908, fue publicada al año siguiente por la editorial G. Müller en Múnich y Leipzig, con ilustraciones del propio Kubin.
Esta frase proporciona un lema aplicable a la primera y última novela del autor austríaco.
La otra parte obtuvo un resonante éxito entre literatos y artistas contemporáneos, aunque nunca ha llegado a ser conocida entre capas más amplias del público lector.
La novela, que se autodenominaba "fantástica", repercutió en Gustav Meyrink, Franz Kafka y en los surrealistas germanohablantes, de quienes Kubin puede considerarse precursor.
Kubin ilustra esto último en la lucha final entre el proteico Patera y su oponente, el fabricante estadounidense de conservas Herkules Bell: ambos terminan fundiéndose en una masa indistinguible.