En 1927, Turina realizó una adaptación para orquesta de cuerda.
El compositor se inspiró en la visión de un torero orando en una capilla cerca del ruedo antes de salir a torear.
La versión original de La oración del torero fue escrita para cuarteto de laúdes y fue dedicada al Cuarteto Aguilar, que colaboraron en la composición.
[1] Dicho grupo estaba integrado por dos laudines, laúd y laudón.
[3] Tiene una duración aproximada de ocho minutos.