Marisol es una joven que vive con su padre (Fernando Rey) en una pensión junto a varios amigos, todos ellos antiguos trabajadores del circo.
Mientras tanto, Antonio es un coreógrafo que busca a una primera bailarina para su nuevo espectáculo y que está desesperado porque no encuentra a nadie con el talento suficiente.
No llega a verle la cara porque cuando la llama la asusta y sale corriendo, pero en el camino pierde un zapato, zapato que se convierte en la única pista para encontrarla.
Durante los ensayos, Marisol se presenta con su padre, con la esperanza de colocar a sus amigos artistas en alguna parte.
Este, que había hecho una foto al cartel frente al cual había bailado Marisol y que casualmente la había captado en la foto, le regala la instantánea, pero esta le pide que guarde él la foto.