Es por ello que hoy en día el autor al escribir una novela, un cuento, un texto en general; desaparece, muere.
El autor debe desaparecer también, porque no existe un lector absoluto, por ende, serán muchas las interpretaciones que se les darán a una novela.
Este estudioso escribió un texto teórico titulado La muerte del autor, donde se nos explica que el acto de escribir se reforma, un escrito es una reconstrucción, un reescrito, por ello que el autor desaparece o metafóricamente muere.
Por esto, plantea que para dar existencia al lector, la voz del autor debe desaparecer.
Todo esto porque el discurso escrito no es una categoría fija, pues cada lector le da una posible interpretación a dicho texto.
Hay que valorar el sentido de reconstrucción múltiple que tiene el texto, lo cual le permite interactuar con todos los otros textos, pues todos pertenecen a una propiedad: la cultura.
Hoy en día esto es posible porque importan mucho las biografías, los diarios, los manuales, etcétera, donde vemos cómo en gran parte la cultura tiene en su centro al autor.
Para los surrealistas el lenguaje no tiene una posición soberana, más bien tiene una idea de la escritura colectiva, donde se desacraliza la imagen del autor.
Entre sus consideraciones existen aquellas referidas a las teorías contemporáneas que plantean la muerte del autor en una obra literaria o cualquier texto escrito.
Esta, como se dijo, no es una categoría absoluta, es por tanto ¿lo que creó el autor?
Umberto Eco en "Lector in Fabula", entre otros, define al autor como una estrategia o función dentro del texto.