Representa la leyenda de Adonis, mostrando a Afrodita besando los labios del joven moribundo.
En este mármol los cuerpo acabados yacen en oposición al árbol de superficie rugosa.
/Y llena aún más el alma de cuanto cabe en ella./No vale esto el veneno que tus ojos destilan/[…]lagos donde mi alma tiembla y se ve invertida/ y mis sueños afluyen/para saciarse en esas vorágines amargas.
Adonis nació del árbol chipriota en que los dioses convirtieron a su madre, y fue fruto de la unión incestuosa entre Mirra y su padre Ciniras, rey de Pafos.
Bello como el mismo amor, fue criado por ninfas y al acompañar de caza a Venus, un jabalí salvaje lo atacó.
Agonizante, Adonis da origen con su sangre a las anémonas, símbolo del renacimiento y que en el Medioevo se transforman en rosas blancas que, teñidas de sangre, se convierten en emblema del amor.