La película, aun así, puede ser comparada a El Rojo y el Negro de Stendhal.
En el aire malo de un país rebelde, las ideas antisemitas nacen con los individuos valiosos que conocen obstáculos en su camino, y los sinvergüenzas crecen exitosamente.
Después de participar en una fallida revuelta contra la Rusia zarista, es sentenciado al exilio en Siberia.
Los dos mercaderes van a Bulgaria durante la guerra ruso-turca, y Wokulski hace una fortuna suministrando al ejército ruso.
La indolencia de estos aristócratas, ya que con sus seguras pensiones son demasiado vagos para asumir nuevos riesgos comerciales, frustra a Wokulski.