Tras descubrir la relación, la esposa de Felipe envía sicarios para que Claudia sea violada y el acto grabado, para poder acusarla ante Felipe de prostitución y enviarla a prisión, pero al ser indocumentada es deportada en su lugar y su hijo se queda en Estados Unidos.
La película fue hecha durante una época en la que se produjeron películas pobladas de mexicanos indocumentados o mojados y chicanos, dedicadas en buena medida a satisfacer el mercado estadounidense de lengua castellana.
[4][5] En Cinema of Solitude: A Critical Study of Mexican Film, 1967-1983, Charles Ramírez Berg calificó a la película como «evidentemente una salida comercial rápida y sucia, un buen indicador del tipo de trabajo que los autores de Nuevo Cine [Mexicano] se vieron obligados a aceptar durante el sexenio de López Portillo».
[6] También señala con respecto al final de la película, en el que el cónsul mexicano ayuda a Claudia a recuperar su bebé, que si bien «brinda una alternativa esperanzadora (que los mexicanos se ayudan entre sí)», «las contradicciones internas de la película aumentan y revierten la implicación de mucho de lo que la película ha expuesto», diciendo que «los actos heroicos deus ex machina del cónsul efectivamente ponen la crítica de la película en su cabeza.
Los mexicanos no están comprometidos por las fallas de su propio sistema, sino por el norte, que contamina a todos los que entraron en contacto con él», y así «La ilegal indulta al Estado mexicano.