La estructura de la subjetividad
Algunos aspectos tratados con detenimiento son: la conciencia subjetiva en relación con la conciencia en el idealismo, el trascender intencional y la intimidad subjetiva.Millán-Puelles, que conoce tanto la escuela fenomenológica de Husserl, como la ontología aristotélica, da a cada una de ellas su momento en el libro, sin mezclarlas.Destaca en él, entre otros, un interesante desarrollo del triple modo de la reflexividad humana que pone de manifiesto la riqueza del yo en la multiforme manera de hacerse cargo de sí mismo»[3] En la introducción, titulada “Realidad, apariencia y subjetividad“ se lleva al lector, a través de una descripción fenoménica de la apariencia y el error del conocimiento en la conciencia,a comprender el “carácter reiforme” de la subjetividad, concepto que se desarrolla a lo largo del libro.[4] “Los errores sensibles son posibles (en la medida en según la cual son errores) en virtud del carácter, que la subjetividad tiene, de poder ser afectada de una manera física por condiciones de naturaleza material“, [5] es decir su índole «reiforme», que es el carácter que la subjetividad tiene en cuanto determinable de un modo material por agentes materiales en su condición de cosa o cuasi-cosa (su corporeidad)."[6] La Fundación Juan March concedió su Ayuda a la Investigación en Ciencias Filosófica (1963) al proyecto de la presente obra.