La obra fue mencionada por Vasari (1550) y Lamo (1560) en la casa de Giovanni Andrea, personaje importante nacido en Parma.
A la muerte del propietario (1566) el lienzo abandonó la ciudad y en 1608 se halla en Madrid, en el inventario de la colección de Pompeo Leoni.
En el siglo XVIII llegó a Viena, formando parte del museo y la exposición al público desde 1912.
El cuadro representa una escena que se ha asentado en la cultura cristiana, la de la caída del caballo, aunque como describe el capítulo bíblico de Hechos[1] solo se menciona que Saulo cayó al suelo, cegado por un rayo de luz que procede del cielo, iniciando su iluminación divina y la conversión al cristianismo.
El tema se desarrolla con el apóstol en el suelo, los brazos extendidos, una mano apoyada en el suelo y las piernas en flexión, dando un gran dinamismo a la escena, magnificada por la postura del caballo, de perfil, con el hocico vuelto hacia el espectador.