La primera incluye elementos de geografía física y humana relacionados con la agricultura en Chile, destacando las observaciones del autor sobre suelos, tema al que otorgó gran importancia, pues según Matthei, para evaluar el potencial agrario de Chile se necesitaba conocer más sobre diversos aspectos relacionados con el suelo.
Allí el autor revisó específicamente estas actividades, pronosticando acertadamente en la parte agrícola el futuro potencial de Chile en cuanto a vinos y frutales.
Destacan especialmente la inclinación del autor hacia la realización de una reforma agraria, pues consideraba que los terratenientes poseían más tierras de las que podían trabajar racionalmente, así como también el estímulo hacia la inmigración con europeos, esto al tomar como antecedente la experiencia de la inmigración alemana entre Valdivia y Llanquihue a mediados del siglo XIX.
En esta tercera parte del libro sobresale un juicio negativo hacia la acción estatal en política agraria, pues según Matthei, el Estado actuaba sin ninguna planificación y además estaba influenciado por la corrupción de intereses partidistas e individuales.
“La agricultura en Chile y la política agraria chilena” puede considerarse como una obra fundamental para la comprensión de los problemas agrarios de la primera mitad del siglo XX en Chile, en tanto su relectura puede contribuir hoy a una reflexión informada respecto a los antecedentes de una actividad silvoagropecuaria actualmente marcada por las exigencias del desafío alimentario y desarrollo sustentable.