Durante el proceso, también se unirían a la banda Pablo Domínguez, Jordi Sanz y Gerard Williams.
El último músico en adherirse a la formación sería Alberto Limiñana, justo antes de iniciar la primera gira del grupo.
La idea original procede del coro de la canción cubana “La Negra Tomasa”, muy tocada por el grupo en sus primeros ensayos.
En la primera gira del disco, el grupo ofrecería más de 200 conciertos y pisaría ocho países distintos.
Tomasa empezó a generar versiones alternativas de algunas canciones del disco, las cuales fueron registradas (sonido e imagen) en vivo y contaron con nuevas colaboraciones.
Entre ellos, Adala, Sr. Wilson, Desiree Diouf, Ahyvin Bruno o músicos de Txarango, Doctor Prats y Búhos.
El espectáculo, ofrecido exclusivamente en Barcelona, se desarrollaba en un escenario sin elevación y con los laterales abiertos, de forma que el público rodeara al grupo.
Tomasa funciona como una big band que combina multitud de géneros latinos con música electrónica.
[19][2] Así mismo, en su último trabajo, Alegre pero peligroso, el grupo introduce sonidos más urbanos, otorgándole un gran protagonismo al trap latino.