La Rábita

La Rábita debe su nombre a la construcción del ribat o fortaleza-monasterio, ya que en la época del reino nazarí de Granada esta población se constituyó como punto estratégico de defensa en la costa.

La economía está basada principalmente en la agricultura y en el sector servicios, aunque algunas familias aún viven de la pesca.

Juan Morales había estado labrando con sus mulos la tierra de D. Pedro Muñoz, cuya faena se suspendió por la lluvia y se puso a observar la caudalosa rivera de la rambla.

Las inundaciones ocurridas en octubre de 1973 pueden considerarse como las más importantes del siglo XX.

Estas riadas tuvieron su causa en las intensas precipitaciones que originó una gota fría localizada en el borde mediterráneo suroriental.

En algunos lugares la precipitación registrada superó los 600 l/m², con valores máximos localizados sobre la Sierra de la Contraviesa.

En el pueblo se dice que las olas de agua y fango podían medir perfectamente tres o cuatro metros de altura, convirtiéndose en la catástrofe más recordada y mencionada por los lugareños hasta la fecha.

Sus montañas presentan una gran erosión, pese a la que el paisaje destaca por su belleza natural e invita a pasar unos días de tranquilidad y descanso, ya sea en sus playas o gozando de los parajes montañosos mediante la práctica del turismo rural y activo.

En los márgenes de las ramblas, desde Albuñol hasta su desembocadura en el mar en La Rábita, se desarrolla la agricultura intensiva bajo plásitco, motor económico del pueblo.

Esta se basa en la producción de productos hortofrutícolas extratempranos: habichuela, tomate, pepino, guisante, berenjena, pimiento, tirabeque, etc. Es una larga playa de unos 800 m que alterna el turismo vacacional con el ambiente pesquero pero sin excesivas aglomeraciones.

Las vistas a la montaña son buenas y por su ubicación está protegida de fuertes oleajes.

El agua dulce es la razón por la que en este enclave hay una mayor biodiversidad que en otros puntos del litoral, y lo convierte en punto de confluencia de fauna, sobre todo aves marinas.

Durante el verano, la playa se convierte en destino de numerosas personas que buscan una ‘tranquila cala nudista’ en la que pasar la jornada, realizando moragas, tomando el sol o simplemente leyendo un libro entre los acantilados durante la mágica puesta de sol.

Tradicionalmente los pescadores la llamaban ‘Lance Nuevo’, pero todo el mundo la conoce como la Playa del Ruso debido a que en los años 1920, un militar ruso llamado Basilio Lukianov huyó de su país y se instaló en esta playa donde hay unas cuevas en la que vivía y construyó algunas cosas que siguen usándose hoy en día como la fuentecilla de donde sacaba el agua y el acceso serpenteante a la playa.

El ribat estaba en su mayor parte caído y fue demolido para construir, mandado por los Reyes Católicos, una fortificación compuesta por un torreón adecuando un recinto anexo a la torre en el siglo XV, para defender las costas de los barcos tripulados por piratas berberiscos, que venían a saquear especialmente de noche.

El hecho de que hasta hace poco tiempo se siguiera utilizando este castillo como casa cuartel de la Guardia Civil, hace que no se haya podido visitar con detenimiento, ni tomar medida alguna.

Son visitables solo la primera y la segunda, estando ambas formadas por varias habitaciones cubiertas por bóveda de cañón, una chimenea y la caja de la escalera para subir a la planta siguiente.

Está construido con muros ataluzados de mampostería, teniendo las esquinas reforzadas con sillería.

En el entorno del castillo se han vivido numerosas anécdotas, las que se han reflejado cronológicamente y documentadas son las siguientes: El 2 de junio de 1659 un genovés llamado Lázaro Chafino Sandero, murió ahogado junto a la fortaleza mientras estaba tomando los baños en el puerto del Castillo de La Rábita.

La entrada y fachada principal del templo linda con la calle Carretera, lo cual es fácil su localización.

El altar mayor ha sufrido varias modificaciones, la última en el año 2004, construyéndose un gran retablo dorado de madera donde se pueden contemplar las imágenes de San Isidro Labrador, San Antonio, San Juan, La Inmaculada Concepción y la patrona de la localidad en el eje central, La Virgen del Mar.

Los platos más tradicionales son las migas con pescado, boquerones encañaos, pulpo seco, gachas colorás, espetos de sardinas, roscos fritos, torrijas y pestiños.

Destacan varios rabiteños escritores: La Rábita perteneció al Municipio de Albuñol hasta que se segregó e independizó en el año 1843.

Actualmente existe un expediente abierto para la constitución de una Entidad Local Autónoma (ELA).

También existen movimientos vecinales que promueven la autonomía e independencia del núcleo costero de La Rábita.

Castillo de La Rábita y su entorno
Torre de defensa de La Rábita
Iglesia de La Rábita
Virgen del Mar de La Rábita
Municipio de La Rábita segregado de Albuñol en 1843