La princesa Casamassima

Amanda Pynsent, una costurera pobre, adoptó a Hyacinth Robinson, el hijo ilegítimo de su vieja amiga Florentine Vivier, una mujer francesa de menos renombre esterlino, y un lord inglés.

La Princesa se ha convertido en una revolucionaria y ahora vive apartada de su aburrido esposo.

Él la reconforta en sus últimos días, luego viaja a Francia e Italia con su pequeña herencia.

El caso de Hyacinth es particularmente grave porque su vida misma está en juego.

Algunos pueden poner reparos a esas comparaciones, otros creen que el destino de Hyacinth raya en la tragedia clásica.

A pesar de sus muchos personajes secundarios muy bien realizados, la novela se centra en el retrato del antihéroe Hyacinth Robinson.