Se caracterizó por una orientación de integración a la sociedad chilena, así como su énfasis en la educación y el progreso.
En 1926 la sociedad se vincula estrechamente con la Unión Araucana, fundada ese mismo año por el sacerdote capuchino Guido Beck de Ramberga, la que pasa a ser liderada por Chihuailaf.
No obstante, esta asociación finaliza el año 1930, luego del apoyo dado por el religioso a la Ley de Propiedad Austral dictada por el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo.
[3]Nuestros antepasados se defendieron de sus derechos usando con bravura la lanza.
Hoy, nosotros, los modernos araucanos, defendemos nuestros intereses valiéndonos también de la pluma.