La huida (2001)

[1]​ Si bien la obra se estrena el 2001, tiene su base autobiográfica y se comienza a gestar en 1974, aproximadamente un año más tarde del golpe de Estado en chile en 1973 La obra se escribe en un Chile que vive una nueva dictadura de derecha con fuertes represiones, torturas y muertes a manos de un golpe militar, e inspirada por el miedo de que aquellas persecuciones dirigidas a los homosexuales, se vuelvan a cometer en esta nueva dictadura.Este miedo ayudó a darle a la obra un carácter autobiográfico, donde Andrés Pérez va incorporando sentimientos y acontecimientos propios, como las historias del barco en Valparaíso contadas por su madre y las fiesta que organiza el protagonista en su sótanos, las cuales pueden funcionar como referencia a él Spandex Fiesta que fue una serie de ocho espectáculos underground realizados en el teatro Esmeralda de Santiago en la madrugada de cada sábado de mayo y junio en el año 1991, los cuales fueron organizadas por Daniel Palma y Andrés Pérez.Joaquín tiene como pareja a Pedro, un hombre casado que confiesa su bisexualidad ante el protagonista.Fue protagonizada en un principio por Erto Pantoja, Ernesto Anacona, Ivo Herrera, Juan José Olavarrieta, Fernando Gómez-Rovira, Ramón González, Iván Álvarez de Araya, para luego ser actuada por Andrés Pérez Araya, Pablo Valledor, Ramón González, Iván Álvarez de Araya, Ivo Herrera, Juan José Olavarrieta y Andrés Gutiérrez.Rosa Ramírez, la exesposa del dramaturgo, fue su ayudante en dirección y luego, el 2002, dirigió la obra que fue reestrenada por la compañía Gran Circo Teatro.El vestuario hace alusión a la época donde se remonta, 1930, ropa de colores cafés, en general oscuras, también usa desnudos en una escena.El único vestuario que llama la atención sobre los otros (debido a la diferencia entre los mismos) es el del personaje del Primo: usa prendas entremezcladas de blanco y negro, un sombrero y un muñeco colgado al cuerpo.[4]​ La prensa retrató la obra como un «montaje electrizante» donde el espectador terminaba conmovido y atónito ante la puesta en escena.[5]​ También, hablan sobre el lugar donde se montó la obra, las Bodegas Teatrales de Matucana, que según la prensa eran "unos viejos galapones, hasta hace poco abandonados".[6]​ En la obra se presentan dos sexualidades disidentes: la homosexualidad y la bisexualidad, ambas solo desde personajes masculinos.Para el primer caso, los personajes que caben dentro de la categoría a través del autoreconocimiento son Joaquín, Ernesto y Esteban.En cuanto a los otros personajes, Sebastián e Ignacio, se comenta que ambos han experimentado el deseo carnal por personas de su mismo género, pero estos no se reconocen como homosexuales, sino que más bien muestran desinterés o repudio por quienes sí lo son abiertamente.En la obra se realiza un acercamiento a tal temática mediante la representación de las corporalidades masculinas homosexuales, lo cual tiene implicaciones no solo a nivel teatral y estético, sino que también supone repercusiones en la configuración sociocultural de un Chile post dictatorial.En sus inicios, la transmisión del virus se asociaba casi exclusivamente con las relaciones homosexuales y a la promiscuidad.Si bien no existen registros claros sobre el origen del colectivo, según información recolectada por Memoria Chilena, probablemente se debe al SIDA, enfermedad de transmisión sexual entendida como una plaga.Esta es una obra intimista, una especie de tragedia contemporánea (...)" [9]​ La representación sería pues no sólo en sí una experimentación del cuerpo disidente en escena, sería también una experimentación en sí de la misma representación siendo ejecutada para los mismos actores y los medios que son empleados en la obra como, el apoyo audiovisual.Autor: ...surgió el comentario:”ojalá que no vuelvan los tiempos del barco…” y la historia de ese barco se fue develando...alguien también dijo: volvieron, solo que se están llevando a otros… en esos años se empezó a gestar dentro de mí esta obra que ahora ustedes están viendo.Aparecen estas dos historias, el barco de 1930 y las memorias autobiográficas del autor, que están situadas en fechas diferentes y que salen a la luz el 2001, logrando, Andrés Pérez, exponer un archivo propio de las disidencias sexuales, y así plantear una reflexión de cómo ingresan estas memorias, que no se han ingresado a la historia nacional, al archivo y a la historia de un nuevo Chile.En este sentido, como menciona Ezequiel Lozano en Sexualidades disidentes, en el teatro se logra un "desplazamiento del compromiso del artista con el arte al compromiso con la política",[13]​ lo que permite darle cabida a un hecho tan violento como fueron las persecuciones a los homosexuales con la finalidad, de criticar desde ahí a un sistema que jerarquiza y desvaloriza las vidas justificándose en un discurso de odio.Por otra parte, Iván Pinto en su crítica “Tacos de cemento:Andrés Pérez a Contrapelo” menciona: La Huida es una obra escrita por el propio Pérez, que aborda la persecución y desaparición de homosexuales bajo el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, lo que servía a la compañía para explorar en los límites del discurso biográfico, la crónica, el testimonio y del propio teatro.Pérez buscaba con esta obra vincularse más a una temática política a partir de su propia condición homosexual, y sus reflexiones biográficas en torno al golpe militar del '73, pues se trataba de una obra escrita en plena dictadura.