El lenguaje musical debe muy poco a las influencias étnicas, sino más bien al uso de la lengua náhuatl, caracterizado por la presencia de distintas vocales cortas y largas, lo cual impone un ritmo específico a la parte vocal.
Las crónicas aztecas profetizan desastres en los años que precedieron a la llegada de los españoles.
Moctezuma está visiblemente preocupado y pide a los hombres mantener en secreto su conocimiento.
Cortés ordena a Alvarado hundir los barcos, como medida de precaución contra un motín.
Mientras ve los barcos quemarse Cortés se lamenta de que la madrastra España ignora a sus verdaderos hijos, que aportan "tierras infinitas" al rey y "almas infinitas" a Dios.
Ella expresa pensamientos y sentimientos contradictorios al conocer a este hombre extraño.
Moctezuma y Cortés se reúnen en la gran calzada que conduce a la capital.
El emperador viste a Cortés con flores de sus jardines, el más alto honor que podía dar.
Ella gesticuliza la traducción de la conversación, mientras que su voz fuera del escenario describe la escena.
[3] La ópera fue precedida por un conjunto de seis poemas sinfónicos titulado La Nueva España.