La Caoba

Se hizo públicamente conocida cuando fue detenida en 1924 por tráfico de drogas para luego ser puesta en libertad por orden directa del dictador Miguel Primo de Rivera, con el que mantenía relaciones.

[1]​[2]​ A comienzos de los años veinte, se desató en España una gran campaña mediática y política destinada a acabar con el consumo de cocaína y morfina,[3]​ asociado al mundo nocturno de los cabarets y music halls que proliferaban en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia.

Cuando La Caoba fue detenida, Primo de Rivera se entrevistó con el juez que la procesaba (el magistrado Prendes Pando) para exigir su puesta en libertad, a lo cual Pando se negó alegando cumplimiento del deber; el asunto se saldó con la destitución del juez Pando[4]​ y del presidente del Tribunal Supremo, Buenaventura Muñoz Rodríguez, cuando intentó proteger a su compañero de profesión.

Cuando el caso se hizo público y el Rey, según parece, le llamó sobre ello la atención, se le revolvió la ingénita botara tería, perdió los estribos — no la cabeza, que no la tiene — y procedió contra el juez tratando de defenderse en unas notas en que se declaraba protector de las jóvenes alegres.

Se ha complacido en mostrar sus vergüenzas y en sobárselas delante de ella.