En 1882 se constituía la firma industrial Casimiro Macía Canal y Cía., por acuerdo entre el carpintero Casimiro Macía Canal, el tejedor Andrés Camprubí Genesca y el fundidor Manuel Solórzano Ibáñez.
Al año siguiente, se disolvería la efímera sociedad, quedando Manuel como único propietario de la fábrica.
[1] Manuel, junto con los banqueros lugueses Ramón y Luciano Soler, formaron en 1884 una nueva sociedad sobre la fábrica, La Arzuana.
Muerto Manuel en 1895, su viuda, Basa Freire Fan, y sus hijos, José Fernando, Rosa, y Fernando José, constituirían la razón social Viuda e hijos de Solórzano, bajo la que se explotó la fábrica durante cinco años.
Hoy las instalaciones que sobrevivieron son aprovechadas por una explotación ganadera.