Situado al norte del casco histórico, su construcción data de principios del siglo XVII.
Las alhóndigas, también llamadas alholíes, que en su origen islámico eran al tiempo mesones y lugares de venta, pasan a ser casi todas ellas, a partir del siglo XVI, locales para exclusivo almacenamiento y comercio de trigo, terminando por convertirse en centros oficiales casi siempre municipales.
El edificio original, construido entre 1575 y 1582, se vino abajo por completo en 1593.
La Alhóndiga ha tenido a lo largo de la historia usos muy dispares, desde el almacén militar francés, que fue durante la Guerra de la Independencia, hasta la estación de autobuses, que fue hace poco tiempo.
Las dos portadas del edificio fueron acopladas al mismo en 1960, procedentes del que fuera convento toledano de los Trinitarios Calzados; son portadas platerescas, adinteladas; una de ellas con tímpano sobre el dintel y ambas con la cruz de la Orden Trinitaria.