El primer láser de gas, el láser de helio-neón (HeNe), fue inventado conjuntamente por el ingeniero y científico iraní-estadounidense Ali Javan y el físico estadounidense William R. Bennett, Jr., en 1960.
Produjo un haz de luz coherente en la región infrarroja del espectro a 1,15 micrómetros.
Esto puede hacerse ajustando la respuesta espectral de los espejos o utilizando un elemento dispersivo (prisma Littrow) en la cavidad.
Los láseres de nitrógeno funcionan en el rango ultravioleta, normalmente a 337,1 nm, utilizando nitrógeno molecular como medio de ganancia, bombeado por una descarga eléctrica.
Estos láseres de muy alta potencia son especialmente interesantes para usos militares.
Los láseres excímeros funcionan mediante una reacción química en la que interviene un dímero excitado, o excímero, que es una molécula dimérica o heterodimérica de corta duración formada por dos especies (átomos), al menos una de las cuales se encuentra en un estado electrónico excitado.