Lámpara de Nernst

Las lámparas de Nernst podían operar expuestos al aire y sólo estaban encerrados en vidrio para aislar el emisor incandescente caliente de su entorno.

[1]​ Desarrolladas por el físico y químico alemán Walther Nernst en 1897 en la Universidad de Goettingen, estas lámparas eran aproximadamente dos veces más eficientes que las lámparas de filamento de carbono y emitían una luz más "natural" (más similar al espectro a la luz del día).

Las lámparas fueron comercializadas con bastante éxito por un tiempo, aunque poco a poco fueron superadas por la bombilla incandescente de filamento de tungsteno aún más eficientes.

Una desventaja del diseño de Nernst era que el vástago de cerámica no era eléctricamente conductor a temperatura ambiente por lo que las lámparas necesitaban un filamento calentador separado para calentar la cerámica lo suficiente para comenzar a conducir electricidad por sí misma.

(Recientemente, incluso esto se ha vuelto obsoleto, ya que los resplandedores de Nernst han sido reemplazados en gran parte por barras de carburo de silicio o "globos",[2]​ que son conductores incluso a temperatura ambiente y por lo tanto no necesitan precalentamiento).

Lámapa de Nernst completa.