Kurt Tank

En 1924, es recomendado por el profesor Moritz Wewer para trabajar en la fábrica de hidroaviones Rohrbach Metall-Flugzeugbau.

En este mismo año, se casa con su prometida Charlotte Teufel, quien sin dudas contribuyó con su nombre y apellido para las primeras realizaciones de Tank.

A pocas semanas del ingreso de Tank a la FW, esta empresa se fusionó con la Albatross y se fue completando una excepcional plantel de profesionales: Klages, Bansemir, Herzog, Blaser, Cassens, Müller, entre otros.

Con muchos proyectos por delante, Kurt Tank fue ascendido a director técnico de la FW con sólo 35 años de edad, y la planta se nutrió con la incorporación de otros notables especialistas: Schubert, Steibach, Kaether, Kosel y Haberstolz (ex Heinkel); Faehlmann (ex Arado), Mathias (ex DVL).

Un desarrollo más que interesante fue el del Focke-Wulf Fw 58 Weihe, bimotor de entrenamiento y tren retráctil, que incorporaba flaps para el aterrizaje, ajuste en timón y alerones, piloto automático e instrumentos para vuelo a ciegas.

A lo largo de su fructífera carrera, Kurt Tank fue destacado con diversos cargos y menciones.

En 1947, Tank aceptó un ofrecimiento del gobierno argentino y se trasladó a Buenos Aires vía Dinamarca, con documentos expedidos por las autoridades oficiales de este país.

Vale destacar que Kurt Tank y otros colaboradores, al no tener pasaportes alemanes, recibieron documentos argentinos para poder salir de la Alemania ocupada.

No eran documentos falsos, ya que fueron otorgados oficialmente por el gobierno del país sudamericano.

De hecho, Tank viajó anualmente a su patria desde el año 1949 con su pasaporte argentino y jamás tuvo dificultad alguna.

Este hecho se sumaría a otros dos elementos que pondrían un freno al proyecto Pulqui.

Una vez comenzada la producción del Marut, Kurt Tank se desplazó a Egipto y colaboró al desarrollo del reactor Helwan HA-300, avión que no se construyó en serie, ya que Egipto aceptó la oferta soviética para fabricar bajo licencia el MiG-21.

Los restos de su primera esposa, Charlotte, descansan en Córdoba, lugar donde falleció cuando el profesor trabajaba en la Argentina.

Kurt Tank (derecha) discutiendo sobre las marcas de derribos en el estabilizador vertical de un avión, en 1944.