Fue solicitado en 1885 a los astilleros Yarrow en Londres, Reino Unido, donde fue construido en partes a través de especificaciones japonesas, y después, ensamblado en el arsenal naval de Yokosuka, Japón.
Cuando fue botado, en 1888, el Kotaka, con 203 toneladas, era el torpedero más grande del mundo, y "fue el precursor del buque contratorpedero que aparecería una década más tarde" (Kaigun, David C. Evans).
Durante los años siguientes, la Armada Imperial Japonesa se equipó con torpederos más pequeños de diseño francés, pero en sus primeras pruebas en 1899, el Kotaka demostró que podía adoptar el papel de defensa costera y que era capaz de seguir a los grandes buques a alta mar.
El constructor de buques británico Yarrow "consideró a Japón como el inventor efectivo del destructor" (Howe).
El siguiente diseño específico de un buque contratorpedero, con autonomía y velocidad suficientes para navegar junto a acorazados, fue el de los dos contratorpederos Clase Havock de la Royal Navy, desarrollados en 1892 bajo el mandato del entonces Tercer Lord del Almirantazgo contraalmirante John Fisher, y botados en 1893.