[2] Su nombre Kléber, es en homenaje a un general de la Revolución Francesa que su padre admiraba.
[4] Silva se formó como religioso y fue ordenado sacerdote en 1951 en la ciudad de Córdoba, Argentina.
Dicha actividad lo llevó a relacionarse con el obispo Jaime de Nevares y con monseñor Enrique Angelelli en La Rioja.
Adolfo Pérez Esquivel y Arturo Paoli le advirtieron sobre el riesgo que corría su vida, pero el padre Silva consideraba que "Un cura armado de escoba y pala no es peligroso".
Según algunos testimonios, estuvo en los centros clandestinos de detención conocidos como el Campito y el Club Atlético.