En sus años de juventud, King había sido un luchador sin mayor interés que las peleas callejeras.
Sin embargo, se percató de que no poseía los fondos suficientes para ello; su solución vino cuando se celebró el llamado Torneo del Rey del Puño de Acero, con una gran recompensa para el ganador.
El joven demostró tener unas habilidades excepcionales, y pronto se convirtió en un luchador casi tan temible como su predecesor.
El causante había sido Craig Marduk, un exluchador de vale tudo que causó la pelea estando borracho.
Tras enterarse de que el asesino había sido encarcelado, King pagó la fianza y le envió una invitación para participar en el próximo Torneo del Rey del Puño de Acero, donde pretendía vengar a su maestro.
En esos días, un luchador con la máscara del difunto Armor King I estaba atacando a artistas marciales de todo el globo.
Esta vez, sin embargo, Marduk acepta la derrota; King le ofrece su mano en señal de respeto.
Antaño rivales, King y Marduk transformaron su enemistad en amistad, convirtiéndose en pareja de lucha libre, siendo aclamados como grandes maestros del ring.
Desesperado, King quiso acudir al rescate de sus amigos, pero sabía que sus operaciones no saldrían baratas.
Al mismo tiempo, el orfanato de King estaba en constante peligro debido a la guerra que se desencadenó entre la Corporación G y la Mishima Zaibatsu.