Su madre le ha inculcado la creencia que los vecinos de allí no están a su altura y emite comentarios clasistas al respecto, tratándolos como «chusma».
Quico tiene un gesto muy característico cuando se dispone a realizar alguna actividad física (jugar al fútbol, béisbol, correr, etc.), que consiste en humedecerse con saliva los lóbulos de las orejas, para lo cual se chupa el dedo índice y luego lo frota contra los lóbulos de sus orejas.
Este personaje sufrió un cambio en su vestimenta cuando Carlos Villagrán lo rebautizó como «Federrico» y luego como «Kiko», dotándolo de unos colores blanco con detalles rojos en Federrico y rojo con detalles blancos en ¡Ah qué Kiko!
Tras haber abandonado el elenco de El Chavo del 8, Carlos Villagrán no podía volver a encarnar a Quico, ya que los derechos del personaje eran propiedad de Roberto Gómez Bolaños; entonces decide bautizarlo nuevamente como «Kiko».
Desde 1981 a 1986, Villagrán trabajó en tres proyectos con el personaje de Kiko en Venezuela.
A pesar del cambio de nombre, era técnicamente el mismo personaje.
El uso de Kiko o Quico depende del contexto en donde se use.