[1] Kiko trabaja como "botones" en un hotel de Caracas, vestido con el típico uniforme colorado.
Las situaciones transcurren en su mayoría entre los corredores y la recepción del establecimiento hotelero, donde está el Sr.
En esta serie rompe con el paradigma del niño vestido de marinero (ya que se trata de un Kiko adulto trabajando) pero conservando su peculiar carácter y comportamiento pueril.
Fue cuarto y último proyecto que tuvo Carlos Villagrán fuera de México.
[3] El siguiente proyecto de Villagrán, esta vez en México, fue llamado ¡Ah qué Kiko!