Cuando terminó su carrera dijo: "Quizás pudiera haber sido mejor si hubiera aprendido a jugar como zurdo".
Debido a su baja altura y delgadez, fue apodado "Muscles" (músculos) sarcásticamente.
De todos modos, era un jugador rápido, ágil e incansable, con una volea mortífera.
Con tan solo 18 años, se adjudicó los títulos del Abierto de Australia y Roland Garros en 1953.
Gonzales dijo de él: "Se convirtió en un jugador más peligroso a medida que envejecía.
Se ganó el mote de "brazos cortos y bolsillos hondos" por su cuidado para no malgastar dinero.
En 1953 formó parte en la final contra Estados Unidos en Melbourne en la que Australia triunfó por 3-2.
En 1954 participó también en la final ante Estados Unidos en Sídney aunque esta vez se revirtió la escena y ganaron los norteamericanos 3-2 luego de ponerse 3-0 en ventaja.
Ese año barrieron a Estados Unidos 5-0 en la final en Forest Hills, con los triunfos de Rosewall ante Vic Seixas y Ham Richardson.
Ese año participó en la final ante Estados Unidos en la que Australia volvió a barrer por 5-0, esta vez en Adelaida.
No fue hasta 1973 que Ken pudo participar de nuevo en la Copa Davis.