Kataja es una isla cuyo territorio está dividido entre Suecia y Finlandia.
Se encuentra al sur de Haparanda, en el golfo de Botnia, al norte del mar Báltico, y, políticamente, pertenece al condado de Norrbotten.
La división de la isla se debe a un fenómeno geológico conocido como rebote isostático.
Cuando la frontera entre Suecia y el Imperio ruso (que administraba Finlandia en esa época) fue trazada en 1809, su parte marítima discurría entre dos islas situadas muy cerca la una de la otra; eran la isla sueca de Kataja y la finesa de Inakari.
El rebote isostático, a lo largo de las décadas siguientes al trazado de la frontera, hizo emerger una lengua de tierra entre ambas, que finalmente acabó uniéndolas.