Sin embargo, a su muerte, Stalin ocultó todo lo relacionado con él.
Por sus actividades militantes fue arrestado en Berlín en 1907 pero simuló estar loco tanto en las prisiones alemanas como en las rusas y finalmente escapó de la prisión y huyó del país.
Murió en 1922 después de ser atropellado por un camión mientras andaba en bicicleta en Tiflis.
[3] Fue enterrado y se erigió un monumento en su honor en los jardines Pushkin, cerca de la plaza de Ereván, pero este monumento fue retirado más tarde durante el gobierno de Stalin, y los restos de Kamó se trasladaron a un lugar desconocido.
Stalin perdió los estribos y gritó (aunque luego se rio): '¡komú, no kamó!