), literalmente significa ‘teatro de papel’, es una forma de contar historias que se originó en los templos budistas de Japón en el siglo XII, donde los monjes utilizaban emaki (pergaminos que combinan imágenes con texto) para combinar historias con enseñanzas morales para audiencias mayormente analfabetas.
El gaito kamishibaiya, o cuentista, golpeaba dos pedazos de madera comúnmente unidos por una cuerda, llamadas hyoshigi, para anunciar su llegada a las diferentes villas.
Los niños que compraban dulces a los gaito kamishibaiya tomaban los primeros asientos al frente del escenario.
La tradición fue en gran medida suplantada por la llegada de la televisión entrado en los años 1950 pero fue recientemente revivida en las bibliotecas japonesas y escuelas elementales.
En la actualidad la técnica del Kamishibai se emplea entre docentes y cuentacuentos, dado su potencial para fomentar la narración oral.