Gracias al desarrollo de los cambios comerciales con Persia en la Edad Media este arte alcanzó su apogeo en el próspero reino de Golconde, (la ciudad actual de Hyderabad) Así durante siglos la artesanía del kalamkari dio sustento a numerosas familias en Andhra Pradesh.
A medida que desarrollaban la historia, ilustraban su cuento con la ayuda de grandes piezas de telas pintadas en el mismo lugar con medios rudimentarios y tinturas vegetales.
También encontrámos en los templos hinduistas grandes tableros de Kalamkari que representaban episodios de la mitología india quizá con la misma función que los capiteles en las catedrales cristianas.
Aunque la técnica del kalamkari sufrió una decadencia, recuperó luego su popularidad en la India y de allí al extranjero.
Se obtienen diferentes efectos con boñigas de vaca, semillas, plantas y flores molidas.