Para los clientes masculinos el servicio habitual era el sexo anal pasivo;[1] la felación homosexual prácticamente no se menciona en los documentos de la era Tokugawa.
[2] Los kagema que no estaban afiliados con un teatro kabuki podían ser contratados a través de burdeles masculinos o aquellas casas de te especializadas en kagema.
[4] Los kagema podían ser presentados como hombres jóvenes (yarō), wakashū (adolescentes de entre 10 y 18 años) o como onnagata (transformistas).
[5] Los kagema habitualmente cobraban más que las prostitutas femeninas de un estatus equivalente[6] y fue un negocio floreciente hasta mediados del siglo XIX, a pesar de las restricciones legales crecientes.
[7] El término también se emplea en época moderna en Japón dentro del argot homosexual.