Originalmente es de Transilvania, y es famoso como el dulce húngaro más antiguo conocido.
El kürtőskalács se vende en panaderías, pastelerías e incluso puestos callejeros.
Este resulta en un dulce con forma de espiral o rollo, con el azúcar caramelizado sobre la superficie del kürtöskalács, formando una corteza dulce y crujiente, mientras la masa de dentro queda muy suave y blanda.
Después se puede enrollar en sabores diferentes (como canela, nueces, almendras, chocolate, etc.).
El nombre original en Húngaro significa "pastel con chimenea", refiriéndose a su forma de chimenea pequeña, con el vapor del pastel fresco saliendo encima.