Posteriormente se traslada a estudiar a Roma, al Colegio Español, la Universidad Gregoriana y, desde 1957, en la Academia Pontificia Eclesiástica.
En 1966 publica La nueva cristiandad, un estudio de tono optimista, cuyo planteamiento es deudor de las ideas de Jacques Maritain, Josemaría Escrivá y Pablo VI.
En 1967 comienza su actividad diplomática ocupando diversos puestos en las nunciaturas de Bruselas y Lisboa.
En el año 1975 es nombrado, durante cuatro años, Observador Permanente de la Santa Sede ante el Consejo de Europa, permaneciendo durante la adhesión de España y Portugal.
[5] Ya retirado de toda actividad pública, pasó sus últimos años entre Roma, donde residía en una residencia religiosa junto a la Via della Concilliazione, y un pequeño piso de verano junto a la playa del Zapillo, en Almería.