Justificó su catedral en la fe que poseía en Cristo y se la dedicó a la «Nuestra Señora del Pilar, Madre de Dios».[2] A su fallecimiento, no existían planos ni proyecto de la obra, ya que Justo Gallego afirmaba tenerlo «todo en la cabeza».Tampoco tenía conocimientos especializados en albañilería ni arquitectura y tuvo incluso que abandonar sus estudios primarios debido a la guerra civil española.[2] Su lema era «servir primero a Dios, luego al prójimo y por último a mí mismo» y por eso comenzó una catedral sin más conocimientos que los leídos en libros antiguos, muchos de ellos en latín, según asegura él mismo.Finalmente, falleció 19 días más tarde en su pueblo natal, Mejorada del Campo, contando con 96 años de edad.