Real Junta Particular de Comercio de Barcelona

Como ha destacado la historiadora Núria Sales, desempeñó «un papel vital en la difusión de técnicas nuevas, en el progreso técnico» de Cataluña.Se recuperó la sede del antiguo Consulado de Mar el año 1767.La Junta fomentó tanto el comercio interior como el exterior, especialmente en América e impulsó escuelas de enseñanza técnica para conseguir unos productos competitivos, las manufacturas indianas.La Junta también promovió los estudios históricos entre los que destacó el trabajo encargado a Antonio de Capmany que se publicó con el título Memorias Históricas sobre la Marina, Comercio y Artes de la antigua ciudad de Barcelona entre 1779 y 1792.[3]​ Su archivo, riquísimo, básico para estudiar la vida catalana setecentista, se conserva en la Biblioteca de Cataluña.
Detalle del cuadro de Emili Casals y Camps "Visita de los reyes Fernando VII y María Amalia a Lonja en 1827" ( Museo de Historia de Barcelona , MUHBA) que representa alegóricamente las diversas escuelas impulsadas por la Junta de Comercio.