La leyenda es narrada por Ovidio en Las metamorfosis, y habla de Argos Panoptes (Άργος Πανοπτης, Argos ‘de todos los ojos’), un gigante con cien ojos, guardián muy efectivo, pues mientras algunos de sus ojos dormían otros estaban despiertos.
[1] Para recordar a su fiel guardián, Hera hizo que los cien ojos de Argos fuesen preservados para siempre en la cola del pavos reales (uno de sus atributos iconográficos).
En el cuadro se plasma a la diosa Juno (la equivalente romana de la Hera griega), diosa de la fertilidad para las mujeres,[2] sentada sobre las nubes, recibiendo la cabeza de Argos entregada por Mercurio (equivalente romano del Hermes griego).
Junto a la diosa se ve al pavo real, en cuyas alas están los ojos del pastor.
Aparece en la película británica Metro-Land por John Betjeman del año 1973.