[1] Con voz de tiple, se trasladó a Madrid a la edad de ocho años[cita requerida].
Su máximo esplendor artístico coincidió con el primer cuarto del siglo XX, época en que el género chico, la opereta y el cuplé vivieron su máximo apogeo.
Fons cultivó estos géneros.
En 1903 se integró en la compañía de Casimiro Ortas y llegó a convertirse en la máxima estrella del Teatro Eslava de Madrid.
Sin embargo, también brilló en obras como La alegre Doña Juanita, La gatita blanca (1905), La alegre trompetería (1907), El Conde de Luxemburgo (1910), El arte de ser bonita, Certamen nacional, La mujer divorciada, Los húsares del Kaiser, etc. Con el declive del género, Julia Fons se retiró de los escenarios en 1927, tras el estreno de Las castigadoras en Barcelona.