Julián de Ajuria

El tercer filme en cuya producción intervino fue Nobleza gaucha (1915), dirigida por cuyo estreno fue un fracaso, pero José González Castillo tuvo la feliz idea de sustituir casi todas las leyendas explicativas del filme con fragmentos de los poemas Martín Fierro y Santos Vega, obteniendo en su segundo estreno un éxito clamoroso que permitió que los $20,000.00 pesos que costó la película se convirtieran en $600,000.00 pesos de ingresos.Una idea de la popularidad del filme la da el hecho de que llegó a darse simultáneamente en 25 cines porteños y además que fue vista en España, Brasil y otros países latinoamericanos.En 1915 Ajuria trajo al país para distribuir el filme estadounidense El capitán Álvarez o Bajo la tiranía de Rosas, cuyo protagonista es un diplomático de ese país que salva partidarios del Partido Unitario perseguidos por La Mazorca y en cuya escena final se ve a Juan Manuel de Rosas huyendo del país.El filme tenía gruesos errores de ambientación -por ejemplo Buenos Aires era mostrada con las montañas californianas de fondo-, algunos críticos pretendieron sin éxito que la prohibieran y Ajuria hizo colorear a mano la película y dio gran importancia al estreno.[4]​ Su sueño era realizar un filme histórico nacional con la grandilocuencia y fastuosidad del cine hollywoodense, y por muchos años intentó interesar a varios productores americanos en ese proyecto.Finalmente, cansado de negativas, el empresario decidió invertir por cuenta propia el dinero necesario para el rodaje de este film que, según diversas fuentes de la época, se aproximó a los 300.000 dólares; la réplica del Cabildo de Buenos Aires costó quince mil dólares, se contrataron asesores históricos para que los escenarios y el vestuario fueran los más fieles posibles y en las batallas y escenas de masas trabajaron dos mil extras.