De la acusación se ocupó Carlos Valdez, quien fue criticado por el público dada su inexperiencia en casos criminales.
La acusación protestó contra el traslado del juicio de Corpus Christi, donde había tenido lugar el crimen, a Houston, mientras que la defensa se mostró a favor, considerando que la fama de Selena en Corpus podía viciar al jurado.
Entre las pruebas utilizadas en el juicio se encontraban la pistola empleada para matar a la cantante, la ropa que Saldívar llevaba puesta el día que supuestamente fue violada, y las grabaciones de las conversaciones de los negociadores del FBI Larry Young e Issac Valencia con Yolanda.
El juicio generó un gran interés en Europa (sobre todo en España), Filipinas, América del Sur, Australia y Japón.
[4][5] En 1991 su sobrina la persuadió para que la acompañase a un concierto de Selena en su ciudad natal, San Antonio (Texas).
[6] Para ello se puso en contacto con el padre y mánager de Selena, Abraham Quintanilla Jr.
comenzó a recibir cartas y llamadas de teléfono de fanes disgustados que habían enviado los $22 necesarios para convertirse en miembros del club y que a cambio no habían recibido nada.
[12] Abraham llevó a cabo una investigación y descubrió que Saldívar había utilizado cheques falsificados para malversar $60 000 tanto del club como de las boutiques.
[18] Selena llevó a Saldívar al Doctors Regional Hospital, donde los médicos no hallaron signos de violación en un examen rutinario.
Saldívar agarró el arma y apuntó a Selena,[18] quien intentó huir; Yolanda le disparó una sola vez en la espalda, seccionando una arteria.
[26] Entretanto los huéspedes del motel recibieron la orden de permanecer en sus habitaciones hasta que la policía pudiese escoltarlos a la salida.
[42] Tras una hora, el jurado regresó con un acta de acusación la cual fue asignada al azar a la corte 214.
[52] Todos ellos expresaron que Saldívar podría no tener un jurado imparcial debido a la gran cobertura mediática.
[53] La audiencia se reanudó el 7 de agosto, presentando Valdez cinco testigos que consideraban factible un juicio justo pese a la cobertura mediática.
El jurado incluía a siete ciudadanos estadounidenses de raza blanca, cuatro hispanos y un afroamericano.
[58][59] Tinker inició su declaración como si estuviese «describiendo una película de misterio», calificando a Quintanilla Jr.
[58] Douglas aseguró que Selena deseaba independizarse y «romper el control de su padre» dirigiendo su propio negocio.
[43][62] Valdez le cuestionó entonces por el supuesto robo de dinero, declarando Abraham al tribunal que Yolanda era una ladrona.
Douglas preguntó si esos síntomas eran típicos en una víctima de violación, a lo que la enfermera respondió afirmativamente.
[22][59] La recepcionista Shawna Vela testificó haber escuchado esas mismas palabras pero añadió que la cantante, antes de caer al suelo, gritó «¡cierren la puerta, me va a disparar otra vez!».
[75] Tras descender del vehículo, Yolanda se asustó por las docenas de polícías y agentes del FBI armados que la estaban apuntando con sus rifles,[75] por lo que volvió a la camioneta, apuntó el arma nuevamente a su cabeza, y gritó: «¡Llevan armas!
[76] También informó cómo Abraham la había agredido sexualmente «clavándole un cuchillo» en la vagina y amenazándola con matarla si acudía a la policía.
[77] Al ser preguntada acerca de lo sucedido en la habitación del motel, Saldívar replicó: «Compré esta arma para matarme a mí misma, no a ella, y me dijo, "Yolanda, no quiero que te mates".
Robert Garza, ranger de Texas, declaró al jurado que durante las audiencias preliminares en Corpus Christi fue testigo de cómo Saldívar hacía gestos indicando que el disparo había sido accidental pese a no haber señalado este hecho en su confesión.
[87] Tinker le preguntó si Selena les había pedido a gritos que cerrasen las puertas.
[91] El alegato final concluyó con la defensa pidiendo al jurado no ponerse del lado de un «padre rabioso».
[93][94] Skurka proporcionó a continuación detalles de las tres versiones que Yolanda dio para explicar la compra del arma así como las diferentes historias sobre su presunta violación.
[102] Arrarás se refirió al caso como el «juicio de O. J. Simpson para los hispanos».
[116] Tinker y García declararon al editor del Texas Monthly que perder el juicio redujo sus posibilidades de ser tiroteados por un fan.
True Hollywood Story en diciembre de 1996 (la revista People lo describió como «demasiado barato para tener un impacto dramático», aunque encontró al actor que interpretó a Tinker «interesante»).