Juicio a las Juntas

Pese a integrar la tercera junta, Alfonsín excluyó de la acusación al general Cristino Nicolaides.El tribunal que enjuició a las juntas fue la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, integrada por los jueces Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, León Carlos Arslanián, Jorge Valerga Araoz, Guillermo Ledesma y Andrés J. D’Alessio.[2]​ El fallo, en su punto 30, ordenó también enjuiciar a todas las personas que tuvieron responsabilidad operativa en las acciones criminales probadas en el juicio.Al atender la apelación, la Corte Suprema redujo levemente las penas de Lambruschini y Agosti.El juicio tuvo una gran trascendencia internacional y sobre todo para la región, en donde gobernaron dictaduras similares coordinadas a nivel continental por el Plan Cóndor que cometieron crímenes de lesa humanidad de forma sistemática y planeada desde lo más alto del poder.El juicio ubicó a la Argentina en un lugar de vanguardia en la lucha por lograr que se respeten los derechos humanos.[5]​ El grupo estuvo integrado por Genaro Carrió, Carlos Nino, Martín Farrell, Ricardo Gil Lavedra, Eugenio Bulygin, Osvaldo Guariglia y Eduardo Rabossi, al quienes luego se sumaron Jaime Malamud Goti -quién formó un dúo con Nino-, Andrés D'Alessio, Dante Caputo, Enrique Paixao y Juan Octavio Gauna.El propio Alfonsín hace referencia a las presiones y las discusiones dentro del radicalismo sobre el enjuiciamiento del poder militar y sus límites, en un análisis detallado de la decisión tomada en 1983 de enjuiciar a los máximos responsables que hace veinte años después, en su libro Memoria política.Tuvo la virtud de promover la confianza para que esos testimonios salieran a la luz.Por su seriedad y neutralidad, el Informe Nunca Más no solo constituyó una prueba fundamental en el Juicio contra las Juntas, sino que produjo un impacto cultural de enorme magnitud en la sociedad argentina.Los considerandos del Decreto explican que el enjuiciamiento de militares por tribunales administrativos (como los militares) sin posibilidad de apelar las sentencias al Poder Judicial, «constituye tanto un privilegio como una desprotección para el procesado, ambos vedados por la Constitución».El presidente de la Corte Suprema designado por Alfonsín, José Severo Caballero, intentó convencer a la Cámara que no lo hicieran y dejaran la causa en manos militares.Todos fueron elegidos en 1984 por el presidente Alfonsín con acuerdo del Senado controlado por el peronismo, según lo establecido en la Constitución.Ingresó a trabajar al Poder Judicial cuando era estudiante como meritorio sin percibir remuneración.No tenía filiación política y había ingresado al Poder Judicial como pinche.[18]​[4]​[12]​ Desde la noche de la sentencia en adelante, los seis jueces transformaron en rito la cita periódica para cenar juntos.La intención de estos sectores del poder real buscaba preservar a los dictadores y el rol que desde 1930 venían desempeñando las Fuerzas Armadas, como «garantes» frente a lo que consideraban el «populismo» y la «demagogia» democráticas.[29]​ Las audiencias se extendieron durante 530 horas y fueron grabadas íntegramente en videocintas U-matic por Argentina Televisora Color (ATC) pero sólo se permitió transmitir tres minutos diarios de imágenes sin sonido, con excepción de la sentencia que fue emitida en directo por todos los canales.Fue la primera testigo en describir directamente los delitos que se cometieron sobre ella, sobre otras personas y sobre su hija.[35]​ Cuando Adriana Calvo comenzó el trabajo de parto, fue subida a un patrullero con los ojos vendados y las manos atadas atrás, amenazándola de muerte, hasta que la bebé nació sin ayuda alguna en el auto, cayendo al piso sin que nadie cortara el cordón.Horas después llegaron al Pozo de Banfield y fue recibida por el Dr. Bergés, quien le sacó brutalmente la placenta del útero que cayó al piso, bajo insultos de los presentes, mientras la bebé siguió sucia y sin atención.Luego presenció el parto de María Eloísa Castellini, sin asistencia alguna en un pasillo y recibió el testimonio de otra prisionera Silvia Mabel Isabella Valenzi, luego desaparecida, sobre su propio parto en un hospital.Los militares todavía gozaban del poder suficiente como para evitar que se escuchara por la televisión pública las declaraciones de los testigos.[40]​[41]​[42]​ El abogado penalista Bernardo Beiderman organizó un operativo secreto para llevar a un lugar seguro los videos con las grabaciones del juicio.Con respecto a la última junta, el tribunal sostuvo que la fiscalía no pudo probar que, con posterioridad a 1980 se hubieran cometido crímenes que pudieran ser responsabilidad de la junta militar, exculpando así a sus tres miembros (Galtieri-Anaya-Lami Dozo), ni acreditar la culpa del miembro de la Fuerza Aérea en la segunda junta.Leopoldo Fortunato Galtieri y Jorge Isaac Anaya fueron absueltos porque el tribunal consideró que no se pudo demostrar que personal a su cargo siguiera cometiendo alguno de los delitos del sistema ilegal de represión implementado cuando ellos asumieron el poder.La Cámara Federal absolvió a sus autores por los primeros seis casos, y nada dijo del séptimo.Entre 50.000 y 60.000 personas se manifestaron en el centro de Buenos Aires como protesta contra la ley.Según el diario español El País fue la manifestación más multitudinaria desarrollada en la Capital Federal desde que se había recuperado la democracia tres años antes.A su vez, fue seleccionada como la representante argentina para competir en la categoría mejor película internacional en la 95.ª edición de los Premios Óscar.
El expresidente de facto Alejandro Lanusse brindó testimonio sobre el asesinato de su secretario.
El fiscal Julio Strassera presenta su alegato pidiendo la condena de los militares acusados, terminando con la expresión " nunca más ".
Texto completo de la sentencia.
Texto completo del fallo de la Corte que confirmó y modificó la sentencia.