Su padre fue Sergio IV de Nápoles, que lo educó desde niño a ser su sucesor.
En esa época, Sergio IV se retiró al monasterio del Santísimo Salvador in insula maris, donde ahora se encuentra el "Castel dell'Ovo" de Napoles.
Juan V fue enviado por Guaimario IV a Constantinopla para pedir ayuda al emperador bizantino.
Durante su ausencia, su padre Sergio IV abandonó brevemente su retiro para ejercer como regente.
En 1038 fundó una iglesia en Nápoles dedicada a San Simeón, aunque su ubicación no está clara.