Tras una estancia en Roma, donde presentó su tesis, fue nombrado coadjutor en Añorga, cerca de San Sebastián.
Por entonces leyó a Gabriel Aresti, lo que orientó su labor poética hacia el compromiso social.
Posteriormente abandonaría la poesía social, encaminando su obra lírica por otros derroteros.
[2] Tienen una gran relevancia sus estudios sobre el bertsolarismo.
Obtuvo varios premios por su carrera literaria, entre los cuales destacan dos Premios Euskadi de Literatura, en 1979 y 1990.