Alcanzó popularidad después de casarse con Núria Llobera Moral.
Comenzó su carrera profesional en Radio Nacional de España, donde en 1949 creó el Teatro invisible enseñando a grandes actores como Elsa Fábregas y Constantino Romero que más adelante también saltaron a la gran pantalla.
También hizo algunas incursiones en el medio televisivo a principios de los años 60, con programas como ¿Quién tiene la palabra?
Con una voz prodigiosa, característica, con una dicción perfecta y con una naturalidad increíble.
Años después se retiró, pero a mediados de los 80 regresó al mundo del doblaje, doblando a multitud de secundarios.