Juan León Fandiño fue un capitán y marino español, presumiblemente de origen gallego, aunque afincado en La Habana, que sirvió como guardacostas del Rey Felipe V en la primera mitad del siglo XVIII.
En el primer tercio del siglo XVIII, las tensiones entre España y Reino Unido por el dominio del Caribe y las costas americanas habían ido en aumento.
En aquella época, los guardacostas españoles estaban autorizados a interceptar barcos británicos en las costas de sus provincias americanas para asegurarse de que no proliferase el contrabando.
Luego lo dejó marchar, después de desarmar y saquear su barco.
En su comparecencia, Jenkins denunció el abuso cometido por el capitán español con su propia oreja metida en un frasco y, al considerar la frase de León Fandiño como un insulto al monarca británico, la oposición forzó al Gobierno a pedir una indemnización de 95 000 libras, que España se negó a pagar.