Se instalaron en Buenos Aires, donde lograron constituir un conjunto de empresas por las que obtendrían una considerable fortuna, así como formar parte como consejeros de distintas entidades mercantiles y financieras.
Su espíritu emprendedor y la precaria situación económica de su ciudad natal movió a ambos hermanos a dedicar parte de su fortuna a impulsar obras benéficas, incluyendo equipamientos públicos, centros escolares e instituciones asistenciales.
[2] Juan siguió residiendo con su familia en Betanzos hasta su fallecimiento, a los 83 años.
Años después, en 1937, se homenajeó a ambos hermanos colocando una placa de mármol en el edificio donde residieron, con la siguiente inscripción: La plaza central de Betanzos, conocida popularmente como praza do Campo-plaza del Campo,[3] se renombró en reconocimiento a la labor filantrópica realizada por los dos hermanos.
En un lateral se encuentra la casa en la que residieron, construida por Juan al poco tiempo de regresar a Galicia, en la que también estaba la sede del negocio familiar.