Juan Cristóbal Romea y Tapia

Hijo de Diego Romea y Francisca Tapia, según anota Latassa, estudió Filosofía y Teología en la Universidad de Zaragoza; imprimió en Madrid tres folletos con poesía áulica dirigida a los reyes Fernando VI y Carlos III.

Perteneció a una Academia Poética Matritense presidida por el marqués de Estepa.

Imprimió el periódico más o menos quincenal El Escritor sin título (1763-1764), del que salieron once números y a veces dos tiradas distintas, publicando a veces poesías del autor; en 1790 se publicó una nueva edición en Madrid (también con una segunda tirada) en la imprenta de Benito Cano; contiene discursos escritos con mucha agudeza verbal, juegos de palabras y sabor popular, adagios y locuciones proverbiales que lo convierten en una gran cantera para el estudio del idioma; se consideraba un purista enemigo de todo lo afrancesado y atacó los numerosos galicismos introducidos en la lengua de su época.

Los primeros números critican sin nombrarlo a Francisco Mariano Nifo y defienden el teatro antiguo español del Barroco; en el famoso "Discurso quarto apologético de los Autos de don Pedro Calderón de la Barca" y en el quinto siguiente defendió contra los ilustrados los autos sacramentales, pero su defensa no surtió efecto y fueron prohibidos en 1765.

Murió bastante joven en Zaragoza en 1766, y fue sepultado en la iglesia parroquial de Santa María Magdalena.