Defiende la meta argentina durante la Copa del Mundo FIFA de 1930, donde su selección alcanza el segundo puesto.
Botasso demostró su gran personalidad al reemplazar al portero titular Ángel Bossio en la semifinal contra los Estados Unidos y la final contra la selección anfitriona; Uruguay.
Racing Club de Avellaneda lo contrata tras el Mundial.
Defenderá los colores de la Academia, apodo del equipo racinguista, hasta 1938, cuando retorna al club en el que se formó, Argentino de Quilmes, que disputaba la Segunda División.
Recordada figura en la época amateur del fútbol argentino, tal fue la popularidad de Botasso, que se le dedicó un tango: Cortina Metálica.